Si se aprovecha de forma correcta, la tecnología digital ofrece nuevas oportunidades de aprender e interactuar. Pero el acceso digital se está convirtiendo también en la nueva línea divisoria, ya que millones de los niños que podrían obtener más ventajas de la tecnología digital no están beneficiándose de ella. Alrededor del 29% de los jóvenes de todo el mundo, unos 346 millones de personas, no están conectados en línea.
Aún así, la tecnología digital puede hacer a los niños más susceptibles de sufrir daños en línea y fuera de línea. Las TIC están intensificando los riesgos tradicionales de la niñez, como la intimidación, y fomentando nuevas formas de abuso y explotación infantil.
Por ello, los esfuerzos para proteger a los niños deben centrarse especialmente en los niños vulnerables y desfavorecidos, que podrían tener menos posibilidades de comprender los riesgos en línea, incluida la pérdida de la privacidad.
Asimismo, los investigadores reconocen que el uso excesivo de la tecnología digital puede contribuir a la depresión y a la ansiedad. Por el contrario, los niños que tienen problemas fuera de línea a veces pueden entablar las amistades y recibir apoyo social en línea, que no están recibiendo en otros lugares.
Poner a los niños en el centro de la política digital
UNICEF, apunta que, a pesar de las estimaciones de que los niños representan una tercera parte de los usuarios de internet, las políticas de internet nacionales e internacionales actuales no tienen suficientemente en cuenta las necesidades y los derechos particulares de los niños. Las políticas relacionadas con la ciberseguridad, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, la neutralidad de la red y la apertura de internet se centran ante todo en el usuario adulto. Por otra parte, las políticas nacionales más generales, que se ocupan de los derechos y el bienestar, la salud y la educación de los niños, aún no han adoptado universalmente el poder de las tecnologías digitales como punto de apoyo para cumplir con objetivos sectoriales.
El Estado Mundial de la Infancia pide las siguientes medidas para poner los derechos, las opiniones y el bienestar de los niños en el centro de la política digital:
Contar con las opiniones de los niños y los jóvenes en la elaboración de las políticas digitales que afectan sus vidas
Registrar las disparidades y las barreras en el acceso
Integrar cuestiones específicas relacionadas con la infancia y con el género en las políticas y estrategias nacionales
El informe de la UNICEF insiste en que el modo en que minimicemos los riesgos mientras ampliamos el acceso a sus beneficios contribuirá a configurar la vida y el futuro de una nueva generación de nativos digitales.
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