En términos generales, las ciudades inteligentes logran una mayor colaboración con los ciudadanos a través de plataformas y dispositivos IoT (internet de las cosas), generando redes comunitarias que permiten realizar mediciones de humedad, polución, contaminación sonora y otras, que pueden apoyar a la administración pública en tomar acciones puntuales en algunas partes de la ciudad
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